LOS 4 PENSAMIENTOS MÁS DESTRUCTIVOS
- Nora Pozos
- 23 jun 2015
- 2 Min. de lectura
Tenemos una inmensa cantidad de pensamientos al día. Algunos son conscientes, es decir, nos damos cuenta de ellos y otros son inconscientes o automáticos, es decir, son tan fugaces que ocurren sin darnos cuenta, pero nos afectan más de lo que creemos. Cuando a un pensamiento se le da demasiada importancia se llega a convertir en un hábito. De esta forma, si el pensamiento es negativo puede desencadenar un mal hábito de pensamiento. Imagínate que, desde que te levantas hasta que te acuestas, tienes un megáfono diciéndote lo mal que lo haces todo, lo torpe que eres, etc. ¿Cómo te sentirías? Es posible que triste, apático, o incluso enfadado. Pues si desde afuera nos puede llegar afectar imagínate como puede afectarnos desde adentro de nuestra cabeza y sin darnos cuenta.
Pues esto ocurre más de lo que se piensa.
Es por ello quiero darles a conocer los 4 hábitos de pensamiento más destructivos:
1) LA GENERALIZACIÓN: “no valgo para nada”, “toda mi vida es un asco”. Usar términos absolutistas como “nada”, “nunca” o “siempre” y generalizarlos en nuestra vida, nos limita a la hora de buscar oportunidades.
¿Que hacer ante éste pensamiento? Reflexiona un momento: ¿Realmente nunca haces nada bien? ¿Realmente toda tu vida ha sido un asco?
2) LAS ETIQUETAS: “soy un desastre”, “soy un/a tonto/a”
¿Que hacer ante éste pensamiento? Lo que ocurre cuando nos etiquetamos a nosotros mismos es que al final nos lo creemos. Por ello es importante quererse para seguir adelante y no creernos algo que no somos. No digo que en ocasiones se tenga una conducta torpe o vaga, pero es solo eso, una forma de actuar, no una forma de ser.
3) VISIÓN CATASTRÓFICA: “ya verás como no me saldrá bien”, tener una visión negra de nuestro porvenir o de cómo nos va a surgir, es adelantarse de forma innecesaria a los acontecimientos.
¿Que hacer ante éste pensamiento? No contribuyas a que salga mal con tu mala actitud, vista al frente y adelante
4) LA AUTO-EXIGENCIA: El “debería” o el “tendría que”.
¿Que hacer ante éste pensamiento? Cuando nos exigimos demasiado a nosotros mismos dejamos paso al estrés, la ansiedad y el sufrimiento. Por ello es importante centrarse en el “quiero” y en el “puedo” y dejar el “tengo” porque cuando nos imponemos algo como una obligación al final no se realiza con las mismas fuerzas y ganas.
Realmente no nos damos cuenta de que somos nosotros mismos quienes nos auto-criticamos y nos limitamos en muchas ocasiones, y ésto puede afectar gravemente a nuestra autoestima, pero darse cuenta es el primer paso para el cambio.

Коментарі